
El Desfile Cívico Militar del 16 de septiembre dejó una imagen que rompe con la costumbre reciente: después de tres años de ausencia, la Cámara de Diputados volvió a estar representada en el Zócalo capitalino. Al frente estuvo Kenia López Rabadán, presidenta de la Mesa Directiva, quien afirmó que la presencia del Legislativo en el acto republicano es una muestra clara de que México es plural.
La legisladora panista, con tono firme y sin rodeos, subrayó que su participación simboliza el reconocimiento al Poder Legislativo y a los 500 diputados que representan a la ciudadanía. “Hoy regreso en nombre de mis compañeros, porque la pluralidad se construye con todos”, expresó, dejando en claro que la política no solo se ejerce en tribunas, sino también en gestos institucionales que fortalecen a la República.
López Rabadán aprovechó para resaltar un hecho histórico: por primera vez, los tres poderes de la Unión están encabezados por mujeres. Claudia Sheinbaum en el Ejecutivo, una presidenta en el Senado y ella misma en San Lázaro. “Es tiempo de las mujeres, de demostrar que sabemos hacer política de la buena”, declaró, en referencia a una deuda histórica con más de la mitad de la población mexicana que durante siglos fue relegada de los espacios de decisión.
La foto de los tres poderes reunidos puede interpretarse como un símbolo de reconciliación institucional, aunque no falten quienes lo vean como un montaje ocasional. Lo cierto es que la imagen envía un mensaje positivo: México necesita visiones distintas y distinguibles para reconocerse entre todos, sin renunciar a la pluralidad que define su vida política. Y aunque la verdadera prueba será en el Congreso, el regreso al desfile es un recordatorio de que la democracia también se nutre de actos republicanos.